Cierto es que solo tengo 17 años, que no sé nada de la vida, que me queda mucho por aprender pero por virtud o desgracia he aprendido mucho más de lo que otras personas de mi edad han podido aprender. Sé que la vida no es una camino de rosas, que está lleno de rocas, pero hay rocas que merecen la pena; porque a veces coges una piedra, la tallas, la das forma y queda bien. Sincera y tristemente, a mi corta edad no sabría decir lo que es la felicidad con certeza, sé lo que es la alegría en ciertos momentos de mi vida pero algunas veces me gustaría saber que se siente al estallar de felicidad por cada poro de mi cuerpo, tal como algunas personas dicen haber experimentado. A veces me replanteo si tenemos vida para construirla o es ella la que nos destruye poco a poco hasta hacernos desaparecer. Acabaremos desapareciendo y tal vez la felicidad no es la protagonista de mi vida, sino dejar huella en los demás para hacer que su vida sea más fácil de lo que fue la mía. También hay momentos en los que la felicidad de los que me importan me hace tener ilusión por encontrar la mía, no sé, puede que haya que sufrir para obtenerla. No todos nacemos con la felicidad bajo el brazo, el destino nos dicta como serán todas nuestras vivencias, ¿pero quién ha dicho que no puedo plantarle cara al destino?
¿Te apuntas a luchar contra el destino? ¿Quieres romper las reglas? ¿Saltas? Adelante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario