domingo, 3 de junio de 2012

Dos meses atrás.

Hace exactamente 61 días que pediste tenerme, yo tenía muchos miedos pero todos huyeron. Decidimos compartirnos, apoyarnos mutuamente, hacernos felices de forma recíproca, todo funcionaba muy bien, tan bien que era extraño que nada fallara. Pasó un huracán y al parecer voló todos los buenos momentos, nos transportó a otra situación. A un te miro para hablarte, lo acepto y me callo. Total, la ley era quedarse con los buenos momentos, ¿no?
Fíjate bien, todos los verbos en pasado, porque es pasado por mucho que yo no quiera aceptarlo, el mismo pasado que otros tampoco puede aceptar. Pero si me soy honesta, honesta de verdad, no sé que esperar, no encuentro sentido a todo lo que hicimos, por mucho que lo hiciéramos porque queríamos, seré que no puedo comprender que algo firme y compacto pueda fallar. Y sí, las sonrisas a centímetros se cambiaron a miradas a lo lejos y mi único remedio es aceptarlo y dejar de llorar en el suelo.
Es más prefiero olvidar todo recuerdo y fabricar nuevas historias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario