domingo, 11 de noviembre de 2012

No es música, es vida.

Mi filosofía de vida no esta clara, vivo de aquí, de allí, ayudándome de grandes genios. Esos genios que no se estudian en los libros, que crecen en la calle, en una vida tan normal como la tuya, esos mismos que luchan por triunfar y hacer que su forma de vida te ayude, te llegue, te entretenga. Tú les das fama y ellos, te dan una guía de la que vivir. Sí, hablo de la música, la música con mensaje, sentimiento y nacida de alguna vivencia en una mente ingeniosa que no solo te intenta hacer bailar, sino a veces emocionarte. La música no es solo un negocio, todo depende de los ojos que lo miren. Yo aprendí con el tiempo que existía música y MÚSICA. Claro, cada uno tiene sus gustos, pero yo hice de ella mi vida, por ridículo que parezca. Cada frase significa algo, cada canción guarda un recuerdo, una ilusión, guarda lágrimas recogidas tras un día malo, es el refugio entre tanta oscuridad. ¿Cómo se saca una filosofía de la que a vuestra simple vista parece la mayor tontería? Simple:


Lady Gaga me enseñó que nací así, que no importa como sea, simplemente me tengo que querer porque hemos nacido para ser una estrella cuando no tenemos nada más que perder, que creceré, tendré malos amores, me casaré con la noche pero siempre seguiré siendo tu mayor fan en nuestro particular juego de amor, aunque lo único que me quede es ser feliz y luchar por lo que quiero. Rihanna me enseñó que las mujeres somos fuertes, que por muchos golpes que te de la vida se puede enseñar la sonrisa más bonita, me enseñó que te estaré buscando durante toda la vida y algún día te encontraré, que el amor siempre está en algún lado. Lana del Rey me enseñó demasiadas cosas, me enseñó que si hemos nacido es para morir así que debo quedarme con el tacto de sus labios en mi memoria, aprendí que los paraísos oscuros también son ideales, que las chicas no siempre lloran y que los veranos tristes son recuerdos bonitos. Rita Ora me enseñó que tengo que brillar con luz propia, romper la vida y vivirla a mi manera, siendo una chica loca o como quiera ser. Katy Perry me enseñó que el amor siempre es joven, que algunas veces dirás blanco y otras dirás negro, que las fiestas de viernes noche serán increíbles, que te idealicé como de otro planeta y me gustas así, que en otra vida sería tu feliz chica, que después del huracán llega el arco iris. Adam Levine me enseñó que esa rota sonrisa algún día se enamorará de nuevo, que siempre me podrás dar una noche más, que nuestro 'amor' es así. 
Taylor Momsen me enseñó que aunque nunca sea suficientemente buena el infierno no está tan mal, me enseñó que se puede jugar como un hombre y querer como una mujer, que hay medicinas aparte de las conocidas, que te necesito en mi vida porque eres tú. Bruno Mars me enseñó que por mucho que yo odie mi sonrisa tú siempre pensarás que es preciosa y me sienta genial, que a veces es mejor activar la granada, que se necesita llorar con la lluvia. Beyoncé me enseñó a ser una mujer fuerte, ruda, capaz de vivir por mi sola y demostrar lo grande que puedo ser. Hayley me enseñó que siempre seremos la excepción, seremos a nuestra manera, que hay gente que solo sabe vivir en la ignorancia, que el mundo está lleno de monstruos. Pink me enseñó mucho, quiero ser como ella, fuerte, alocada, tan salvaje como quiere sin que le importe lo que digan los demás, rompiendo esquemas, siendo una mujer distinta, que siempre faltará el último beso y siempre se puede volver a intentar, que eres la jodida perfección, así que levantemos nuestras copas. Skrillex más que enseñarme algo me hizo volverme loca siempre que lo he necesitado, además de que el arte siempre tiene alternativas...


Y así, cantante a cantante, artista por artista, intenté captar el mensaje más allá de la forma. Aprendí que es mucho más que un bonito ruido de cuatro minutos. Al igual que estas palabras una canción guarda a una persona detrás, guarda unos sentimientos, unas debilidades, una bonita vida, una gran filosofía.

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