lunes, 22 de octubre de 2012

Desde el 25 de febrero.

He visto mucho rayos de sol y he visto llover de nuevo, he de admitir que mi vida ha cambiado porque, supongo, que esos eran los planes. Es obvio que he tenido que dejar que cambie sin luchar por nada, ya no era necesario, pero hay que dejarla cambiar sin que se me escape de las manos, más bien sin que huyas de mi vida. Creo haberme sincerado siempre y esta vez no va a ser diferente. Cada vez que me miras con cara de odio o me respondes a algo que te hace gracia con un simple "vale" se me cae el mundo entero, y es que me acostumbré a que me rías las gracias, me escuches las penas y me insultes con cariño. Nunca podré olvidar cuando me dijiste que no estuviera mal, que siempre serías como mi familia porque siempre me has visto pasarlo mal y tú conseguías hacerme reír entre tanta mierda, todo esto más allá de lo que hiciéramos. Nunca podré olvidar que me rescataras de todo durante esos 24 días, que sé que lo hiciste por no dejarme sola, por hacerme pasarlo bien aunque sólo fuera por unos días. Nunca te estaré suficientemente agradecida por todos estos meses, créeme. Pero cada día veo que te alejas más de mí, como si me separaran de mis hermanos, cada día recuerdo de forma más nublada aquel "siempre seré tu familia", cada vez me siento más perdida y sólo es porque la persona a la que le contaba hasta mi mayor tontería se aleja poco a poco, quizá por el temor a que yo lo confunda todo, cuando no he estado más convencida en mi vida de que, como dijiste tú cuando me iba a mudar, ¿y qué hago yo sin ti? No te vayas. No te puedes ir.
No me fui, no te vayas tú. Necesito tus "buenos días cosa fea" y tus "que hipster eres" y todo eso. No quiero comerte el tiempo, ni fastidiarte los días, ni rayarte, ni siquiera volvería al pasado, no, nunca más, no podría, sólo quiero a mi familia. Quiero mis noches de tuits tontos y conversaciones ridículas, vacilar a la gente, reírnos de todo, como siempre hemos hecho. Sin más idas y venidas, ni más discusiones, ni más miradas de odio. Porque recuerda, tú me lo dijiste, eres como de mi familia. Si tú saltas, yo salto, por nuestra amistad.






No hay comentarios:

Publicar un comentario